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Convulsiones febriles en el niño

Las convulsiones febriles en los niños, pueden ser una experiencia traumática para los padres, pero en la mayoría de los casos no causan ningún daño y no implican que el niño tenga un problema de salud serio.

Causas

Este tipo convulsiones en niños pequeños son causadas por la fiebre, que puede deberse a una enfermedad viral, una infección de oído o un simple resfriado. La mayor parte de las convulsiones ocurren durante las primeras 24 horas de la enfermedad que las provoca y no siempre cuando la fiebre es más alta.

A menudo las convulsiones febriles son hereditarias, es decir que alguno de los padres también sufrió este tipo de crisis durante la infancia, y suelen ocurrir en niños de entre 9 meses a 5 años, con mayor incidencia en niños en edad de aprender a caminar, cuanto más mayor sea el niño cuando sufra la primera convulsión, menos probabilidad de que la crisis se repita.

Aproximadamente uno de cada 25 niños sufrirá al menos un episodio de convulsiones febriles y en más de un tercio de esos niños estos episodios se repetirán antes de llegar a los 5 años.

Síntomas

Durante las convulsiones los niños mueven todas las extremidades, es menos común que se queden rígidos o muevan solamente un lado del cuerpo. Normalmente estas convulsiones no duran más de uno o dos minutos, aunque en algunos casos podemos estar hablando desde algunos segundos hasta 15 minutos. Generalmente son seguidas por un corto periodo de somnolencia o confusión.

Además de los movimientos de las extremidades el niño puede presentar otros síntomas como:
  • llorar o gemir
  • caer al suelo, si esta de pie
  • es posible que se orine
  • puede vomitar o morderse la lengua
  • no responder a la voz de los padres
  • su cuerpo se podría mover rítmicamente
  • en algunos casos la respiración se vuelve costosa
Una convulsión de más de 15 minutos, o en la que solo mueva una parte del cuerpo o una que se repita durante las misma enfermedad, no podrá considerarse una convulsión febril normal.

Diagnostico y tratamiento

En los bebés y los niños pequeños, es importante descartar otras causas de una primera convulsión, especialmente meningitis.

En las convulsiones típicas, exceptuando los síntomas de la enfermedad que produce la fiebre, el examen suele ser normal. Por norma general no será necesario hacer todos los exámenes requeridos en caso de convulsión: EEG, TAC y punción lumbar. Es recomendable hacer exámenes adicionales en caso de:
  • niños menores de 9 meses o mayores de 5 años
  • si el niño tiene un trastorno neurológico o del desarrollo
  • convulsiones limitadas a una parte del cuerpo
  • si la convulsión dura más de 15 minutos
  • si se repiten en menos de 24 horas
  • el niño presenta resultados anormales durante el examen.

Información a los padres

Hay que aclarar que aunque el cuadro clínico puede provocar un pánico inicial, una convulsión febril es, en general, un proceso benigno que afecta alrededor del 4% de los niños menores de 5 años de edad. La mayor parte de las veces no se repiten y no suelen dejar secuelas neurológicas.

Entre el 95 y el 98 por ciento de los niños que han sufrido convulsiones febriles no desarrollarán epilepsia, sin embargo aunque el riesgo es muy bajo, algunos de los niños que las sufran tendrán un riesgo mayor de desarrollar epilepsia.

Los padres deberán observar al niño y permanecer calmados, para prevenir lesiones hay que colocar al niño en una superficie adecuada, no hay que sujetar al niño; para prevenir ahogos lo mejor es colocarlo de lado o sobre el estomago y aflojar cualquier prenda que le quede ajustada, especialmente en el cuello, siempre que sea posible habrá que sacar, con precaución par evitar mordeduras, cualquier objeto de su boca.

Si la duración es mayor de 10 minutos, si se repiten durante la misma enfermedad o es un nuevo tipo de convulsión, el niño deberá se llevado a un centro médico.

Después de la primera convulsión, para poder identificar el origen de la fiebre, los niños deben ser vistos por un médico lo antes posible.

Fuentes: