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Estudios de sueño: Polisomnografía vs Poligrafía

Los trastornos respiratorios del sueño engloban una gran variedad de patologías que varían desde el ronquido crónico hasta el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS), siendo el diagnóstico en ocasiones complejo de realizar, ya que ni los síntomas, ni los hallazgos en el examen físico, son suficientes para establecer un diagnóstico certero.

Debido a ello se hace imprescindible realizar un estudio de sueño, estos estudios se han separado en cuatro niveles según su complejidad, desde el más complejo al más básico:

Nivel I – Polisomnografía Nocturna con vigilancia directa

La Polisomnografía Nocturna es el estudio de elección y el más completo para evaluar todas y cada una de las patologías del sueño:
Es un estudio nocturno, indoloro y vigilado por personal especializado en el control de las diferentes variables neurofisiológicas y cardiorrespiratorias que monitorizamos. Dependiendo de la dolencia a identificar usamos hasta diez tipos de sensores diferentes:
  1. electroencefalograma, controla la actividad cerebral mediante electrodos individuales colocados en el cuero cabelludo.
  2. electrooculograma, detecta los movimientos oculares
  3. electromiograma, monitoriza el tono muscular
  4. flujo respiratorio
  5. movimientos toracoabdominales
  6. frecuencia cardiaca
  7. electrocardiograma, monitoriza la actividad cardiaca
  8. saturación de oxigeno
  9. postura corporal
  10. sensor de ronquidos
La evaluación de todas estas variables nos permiten conocer claramente: la arquitectura y etapas del sueño, microdespertares, todas las posibles causas de la fragmentación y mala calidad del sueño, identificar la gravedad de la apnea del sueño y la presencia de ondas anormales en el registro cerebral.

Nivel II – Polisomnografía portátil no vigilada

En estos estudios normalmente se monitorizan menos variables que es un estudio completo; por ejemplo el electroencefalograma suele realizarse con un gorro de electrodos en lugar de sensores colocados individualmente.

Al no ser realizados bajo vigilancia especializada, durante el sueño y debido a los movimientos del paciente los sensores pueden desplazarse o desconectarse, desvirtuando con ello las medidas y conclusiones obtenidas.

Su indicación esta en relación con la poca accesibilidad a un estudio polisomnográfico completo.

Nivel III – Poligrafía

La Poligrafía respiratoria es un estudio muy simplificado que consiste en la monitorización y registro de algunas de las variables cardiorrespiratorias, cuya ventaja radica en el menor coste debido a que no necesita un alto nivel técnico para la realización de la prueba.

No se realiza bajo vigilancia, por lo que al igual que en la Polisomnografía portátil no vigilada, los parámetros medidos por los sensores pueden ser variables debido a desconexión de los monitores durante la noche.

Debido a que no se monitoriza la actividad cerebral, es imposible saber si el paciente esta dormido o despierto cuando se producen las alteraciones respiratorias.

Su indicación esta en relación con la poca accesibilidad a un estudio polisomnográfico completo.


Un estudio liderado por el CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres, aconseja un uso más restrictivo de la poligrafía respiratoria domiciliaria.

Los resultados han mostrado que la decisión terapéutica es igual en los pacientes con gran número de apneas y desigual en los casos mas leves, por lo que el uso de la poligrafía respiratoria debe limitarse a pacientes con sospecha de enfermedad grave.


El método diagnóstico estándar es la polisomnografía que registra variables neurológicas para identificar la fases del sueño y respiratorias para demostrar las apneas y sus repercusiones. Esta prueba requiere personal experto y vigilancia durante toda la noche.

Fuentes
: CIBERES, Europa Press.